Pinturas de guerra

Pues de esa guisa iré mañana al bareto dónde suelo almorzar y es que los post-vacacionales lo ponen todo perdido.
LLega uno como siempre, otea la barra para proceder a la elección
de las ricas viandas que nos muestran (son las mismas de todos los
días, semanas, meses, en olores, sabores y colores….) asqueado solemos pedir casi lo mismo, la costumbre vaya……pero entonces, viene la historia…….

Dónde se encuentra el periódico para leerlo mientras nos atiborramos de colesterol….aggg, no aparece, en esa esquina.....
nada que rascar…preguntas en la barra, el camata ni idea, hace como
que mira y una leche….los vecinos giran la cara para evitar contestar…

Y desayunar o almorzar sin él, no es lo mismo…..empezamos a escudriñar en las mesas circundántes por si alguien lo ocultara, desde una punta otro que entra y pregunta, uyyyy más competencia, aviésas los ojos no sea que el alcornoque que ha entrado tenga más suerte que tú en la caza del diario…….

Estas a mitad degustación y miras a tú alrededor con ironía y algo de desencanto pues almuerzas solo y no con las noticias que necesitas deglutir a la par que el grasiento bocata

Has terminado y sin compañía, no es lo mismo (los abundantes periódicos gratuitos, deshojados nunca pueden sustituir al rey del mambo..) y te haces la promesa: Mañana será tuyo por derecho de lanza, ya está bien, que se han creído que por volver al trabajo van a monopolizar el placer de leer como se hunde el mundo
faltaría más.

Y es que la prensa...es míaaaaaa....mí tesóroooooo, eso sí, mientras almuerzo.