La vez

Hoy he madrugado más de lo habitual, para ir al mercado y surtirme
de las avituallas necesarias y suficientes para pasar holgadamente el finde….

Ya terminando la compra, me acerco a la última parada en la que tenía previsto comprar. Es una de venta de pollo, conejos…etc. Y al
llegar pregunto..!!el último”….una señora cuasi octogenaria me responde con voz grave, yo soy la última”.

Espero a que llegue mi turno y en eso, la dependienta, también entrada en años, empieza a hablar, bueno, a discutir con la señora
que va delante de mí….la razón de la discusión era sobre la educación de los hijos ¿? Pero poco a poco se van calentando…la octogenaria, de no más de metro cincuenta y con unas caderas pirináicas en anchura,cortas piernas con tobillos paquidermicos, enrojece el rostro del esfuerzo en gritar más que la otra.

Los demás, mirándonos como no creyendo lo que sucede y lo inevitable pasa….la dependienta coge el pollo que le habían pedido y sin miramiento alguno para con el difunto animal lo tira contra la tabla de cortar mientras con una mano blande la peculiar hacha para
trocear…y de un seco y certero golpe..zassss corta el cuello al pollo,de tal manera que al alzar el mandoble salta hasta nosotros, que nos apartamos a la velocidad de la luz…..,antes de reponernos la
descuartizadora ya ha hecho la manicura/pedicura al cidral….varios clientes nos vamos alejando del mostrador, temerosos de lo que se avecina. Yo aparto los ojos y empiezo a pensar en algo que me distraiga…en películas de cine……pero solo me salía la matanza de Téxas.
Volví a casa sin pollo.