espero que sea de vuestro agrado.
El ascensor políglota
Básicamente esta es una sencilla y curiosa historia del comportamiento de unos vecinos ante un hecho fortuito y que les hace reaccionar de una manera un tanto curiosa.
La finca donde se ubica el mencionado ascensor es donde vive mi Madre y por tanto ,Yo también soy vecino, testigo, parte y colaborador necesario en esta historia que pretendo contar.
Es un edificio señorial, de corte neoclásico de principios del siglo XX ; tiene una altitud espléndida con ocho plantas con una denominación muy de la época: “entresuelo”,principal, primero…….hasta el octavo, donde está la última puerta, la nº 35 (la de mi Madre) y no se muy bien el porqué o prefiero obviarlo , la puerta nº 36 la casa del Portero, que nunca ha sido reconocida como tal,…el edifico así, para los vecinos, consta de 35 puertas y la del Portero.
Esta construcción, inmensa en tamaño y volumen, con techos de más de
Pues bien, en él, hay dos ascensores, perdón, rectifico, hay un ascensor y un montacargas. Dos categorías muy diferentes tanto por la función que desempeñaba cada uno como la“categoría social” de sus usuarios.
En el primero e hijo predilecto de la finca, el ascensor cuya función era transportar lo más granado de los vecinos y el montacargas cuyo uso se destinaba “solo” para el “servicio” y como su propio nombre indica, subir y bajas “cargas”: muebles, maletas..etc de los vecinos pero NUNCA a ellos, dándose en ocasiones divertidas paradojas de las que el narrador de esta historia fue testigo de excepción
Así, en ocasiones, si se juntaban el zaguán varios vecinos iban subiendo por turnos de llegada por el ascensor, mientras impávido el montacargas, parado en el patio observaba atónito el peregrinaje de estos. Tal cuál es así que he visto subir por la escalera a determinados vecinos de “primera categoría social” caso de estar averiado el lujoso ascensor antes que utilizar el ajado montacargas del servicio…para que no se les confundiera…o para no contaminarse con los habituales usuarios de este segundón.
Con el paso de los años y tras numerosas revisiones técnicas y actualizaciones de ambos elevadores, las normas de seguridad han logrado el milagro de la igualdad social de estos.
Pero por una importante avería que tal vez se resuelva transcurrido varios meses, el denostado y odiado montacargas ha quedado inhabilitado por lo que este plebeyo ha cogido unos meses sabáticos. De esta forma el campeón, el ascensor principal recupera el protagonismo que había perdido, solo que hay un inconveniente, y es que al haberle dotado de puertas de seguridad, en consonancia con las normas funcionales hace que su uso sea más complicado, y estos vecinos ya entrados en años no se encuentran preparados para “esta tecnología” lo que provoca que la mayoría del tiempo el ascensor se encuentre atrapado entre pisos al tener las puertas abiertas y no operativo, con el enfado de estos ancianos que no entienden nada de nada. Su campeón le ha abandonado……
Pero se ha llegado a una solución más que eficaz. Partiendo de la idea del conserje (así le llaman ahora al portero, yo le llamo Luis, como siempre) de poner dos “cartelitos” en cada puerta que les recuerda que cuando salen del ascensor, se dignen a cerrar las puertas de éste y así evitaran que los demás usuarios tengan que subir a pie hasta su casa o a la altura donde se encuentre prisionero el ascensor y cerrar la puerta.
Como reza el titulo…ascensor políglota…..El cartel que puso el conserje estaba hecho en ordenador y en castellano. Como en la finca ha habido un importante cambio generacional y afortunadamente social y étnico
(no olvidemos que estamos en el “Califato Independiente de Russafa )
el original cartel en castellano pareció a todas luces insuficiente y se añadió el inglés, al día siguiente apareció el francés, luego el italiano,alemán, y hasta japonés (pregunte a Luís y sí, era japonés, hay una preciosa vecina de esos lares ).
Visto lo visto, entré al trapo y decidí aportar de mi cosecha. Puse el catalán y más tarde el árabe. Un vecino aportó el polaco y otro añadió el chino y ayer puse yo el portugués. Hemos hecho del campeón un políglota y tal vez el elemento de unión social y étnica de nuestra finca.
Viva los ascensores.
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